25 enero 2022. Gonzalo de Luis (Madrid, 1968) es abogado, asesor fiscal de la Mutualidad y profesor en el Máster de Asesoría Jurídica en la Universidad Carlos III. Está acostumbrado a aconsejar y formar a procuradores en temas fiscales y hemos hablado con él con un objetivo: saber cómo pueden ahorrar impuestos los mutualistas. Su respuesta ha sido contundente: “Un mutualista puede ahorrar fácilmente 6000 € anuales en impuestos”.

¿Cuál es el primer paso que ha de dar un mutualista para ahorrar impuestos desde principios de año?  

Si nos referimos a un mutualista alternativo, el que no está dado de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), primero debe decidir la cuota que pagará a la Mutualidad dependiendo de su situación. Si prevé una cierta regularidad, puede calcular el límite de las aportaciones y pagarlas mes a mes. Si hay una situación más incierta, puede optar por la cuota básica mensual, y si antes de final de año cuenta con más ahorros, puede hacer una aportación extraordinaria. 

¿Cómo se ahorra con las aportaciones extraordinarias? 

Un mutualista puede aportar la cantidad que va desde la cuota mínima obligatoria de la Mutualidad, unos 3.225 euros al año, hasta el importe equivalente a la cuota máxima de autónomo, que son 14.057 euros. Es un gasto 100% deducible que se quita directamente de los ingresos, con lo que el ahorro fiscal es muy grande. Si, por ejemplo, un mutualista tiene un tipo impositivo medio de un 40% y hace una aportación extraordinaria de 10.000 €, automáticamente ahorrará 4.000 €. 

¿Alguna opción más?  

Sí. La aportación extraordinaria de un mutualista alternativo, el que no cotiza en la Seguridad Social, sino solo en la Mutualidad, se puede incrementar en otros 1.500 euros en 2022, que servirán para reducir la base imponible del IRPF, como cualquier plan de pensiones.  

Si sumamos las dos opciones que comento, la aportación hasta 13.822,06 euros y los 1.500 euros adicionales, un mutualista alternativo podría ahorrar mucho dinero. En un tipo impositivo medio de un 30% o 40%, estamos hablando de ahorrar 5.000 o 6.000 euros. Para una inversión que siempre va a recuperar cuando se jubile.  

¿Qué opciones tiene un mutualista que esté dado de alta en el RETA?  

Desde enero de 2022, las aportaciones propias realizadas a Mutualidades de Previsión Social no pueden considerarse como contribuciones empresariales y se deberá aplicar el límite máximo de 1.500 €. Así que un mutualista complementario que esté de alta como autónomo en la Seguridad Social puede aportar esa cantidad, reduciendo con ello la base imponible en renta, como un plan de pensiones.  

Pero además, la Mutualidad ofrece otros productos que tienen otra ventaja fiscal a posteriori, es decir, cuando los cobras en lugar de cuando los pagas. Son, por ejemplo, Ahorro Plus, Procu Ahorro Vida y Procu Plan.  

¿Cómo funcionan esos productos y cómo permiten ahorrar impuestos? 

Son productos de seguro-ahorro que no son deducibles en la vida activa, mientras se paga la prima, pero cuando uno se jubila y los cobra, no paga el 100 %, sino en función de la edad que se tenga. Por ejemplo, si alguien cobra un producto de seguro de ahorro que tiene una renta de 400 o 500 euros mensuales a partir de los 69 años, no va a pagar por esa cantidad sino por unos 120 €.  

Cuando nos jubilemos, nuestro tipo impositivo va a bajar, porque probablemente generemos menos ingresos y, por tanto, pagaremos menos impuestos. Además, a partir de los 67 años tenemos una mayor deducción fiscal por la edad y/o minusvalías sobrevenidas. Si a esto le sumamos que la fiscalidad de estos productos es reducida, tendremos una mayor renta a nuestra disposición libre de impuestos. 

¿Algún consejo fiscal más? 

Lo ideal es combinar ambos tipos de productos: la previsión social o planes de pensiones, como deducible en el presente, y los de seguro-ahorro que no desgravan ahora pero sobre los que tampoco se tributa el 100% cuando se cobran.  

Es decir, la base del ahorro para planificar a nivel impositivo es combinar productos con ventajas fiscales durante la vida activa, como la previsión social, con otros en la pasiva como el Procu Ahorro Vida o el Procu Plan.