¿ Es rentable la inversión en inmueble?


La actividad aseguradora tiene un papel relevante tanto en la economía como en relación con la estabilidad financiera dada la naturaleza de su actividad. Es de vital importancia el papel de las entidades de seguros como inversores institucionales. Aunque este sector se ha visto afectado por la crisis financiera en menor medida, el contexto económico y, en particular, una situación prolongada de bajos tipos de interés suponen un reto para su actividad y para la gestión de sus carteras de inversión.

En este sentido, ¿Es la inversión en inmuebles la solución para hacer frente a esta coyuntura de bajos tipos que estamos viviendo las mutualidades de previsión social? ¿Es la solución para encontrar las rentabilidades deseadas?

Partiendo de que el papel principal de los inmuebles en la cartera de las compañías de seguros es el de aportar rentabilidad, el momento económico es propicio para realizar aquellos ajustes de estrategia que sirvan para mejorar el patrimonio con las ventajas del mercado, es decir comprar mejor si se cuenta con suficiente liquidez. Es el momento para aprovechar las oportunidades.

Las inversiones tienen que estar basadas en el equilibrio y la seguridad de la renta, teniendo muy en cuenta el inquilino, la rentabilidad, el plazo, la ubicación y las garantías. Las desinversiones hay que afrontarlas con valentía pero sin dejarse plusvalías por el camino. En la gestión hay que mantener la flexibilidad, pero a cambio de garantías, plazos y compromisos. También es una buena oportunidad para la realización de mejoras de acondicionamiento en los inmuebles vacíos que puedan servir para aumentar su valor en el mercado y favorecer su venta en el momento oportuno.

La inversión inmobiliaria serviría a la Mutualidad de Procuradores para consolidar la estrategia regeneradora de un patrimonio de inmuebles con el fin de reforzar la rentabilidad de los ahorros de sus mutualistas. Como comentó nuestra Junta Directiva en la Asamblea General de Representantes celebrada el día 6 de junio de 2015, las posibilidades podrían ir desde edificios con oficinas ya arrendadas, con contratos de alquiler a largo plazo, hasta otro tipo de negocios, como residencias para la tercera edad o complejos hoteleros, en los que el actual propietario mantendría la gestión, pagando un alquiler a largo plazo, y actuaríamos como meros arrendatarios.

Patricia Balmaseda- Responsable del Dpto. Financiero de la Mutualidad de Procuradores